Una cadena de suministro consta de un conjunto de proveedores necesarios para crear un producto específico en una empresa. La cadena está formada por nodos o enlaces que pueden incluir: proveedores, fabricantes, producto terminado, almacén, centros de distribución y el lugar donde el consumidor puede comprarlo. Cada enlace está conectado en una dirección y orden específico, el siguiente enlace no se puede alcanzar sin pasar por el anterior. Este proceso se puede llevar a cabo si se realiza una buena gestión.
La gestión de la cadena de suministro (SCM) es la amplia gama de actividades necesarias para planificar, controlar y ejecutar el flujo de un producto. Abarca la adquisición de materia prima, la producción y la distribución al cliente final, todo esto de la manera más ágil y efectiva. También incluye el flujo de información entre las etapas de la cadena para maximizar la rentabilidad.
Elementos claves en la gestión de la cadena de suministro
Producción e inventario: para un servicio efectivo es necesario tomar en cuenta la demanda del producto. De esta forma se asegura que el stock disponible para la venta y se toman previsiones para los cambios.
Almacenamiento: consiste en tener el inventario en un lugar seguro para evitar daños y/o pérdidas. Las condiciones deben adaptarse al tipo de producto que se fabrica.
Distribución: es importante manejar los tiempos en toda la cadena, la entrega de los productos debe ejecutarse con rapidez.
Calidad: es un elemento crucial para el éxito de las ventas, incluye la supervisión de la materia prima, el proceso de manufactura y el embalaje del producto.
Transporte: la elección del tipo de transporte va a depender de las características del producto, el tiempo requerido de entrega y los trámites a realizar en el caso de importación y exportación.
Todos estos elementos son claves para la gestión de la cadena de suministro, al tomarlos en cuenta los costos pueden optimizarse. Las operaciones de la cadena deben estar previamente planificadas, se deben incluir a todas las empresas que de una u otra manera intervienen en la gestión.
Durante todo el proceso el operador logístico juega un rol fundamental, este se encarga de mover un producto o material de la forma más eficiente para que llegue al lugar correcto en el momento oportuno. Este gestiona actividades como embalaje, transporte, distribución, almacenamiento y entrega. Un agente de carga capacitado puede aportar múltiples beneficios en la gestión de la cadena de suministro. Además de asesorar de manera asertiva sobre el tipo de transporte y las condiciones aptas para el manejo, embalaje, almacenamiento y distribución de la mercancía. Los trámites respecto a fletes, impuestos y asuntos aduanales son también manejados por un operador de logística.
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